CAE LA NOCHE

 

Lentamente se escurre la Luz en el horizonte 

y la oscuridad va tomando posesión, 

apoderándose del paisaje y creando sombras.

 

Mi piel se eriza al cambio de aires 

y busca un lugar donde guarecerse, 

donde descansar resguardada de la noche.

 

Mi cuerpo se siente abandonado por la claridad 

y en mis retinas perdura, con añoranza, 

el último atisbo de luz antes de su partida.

 

No me abandones, Luz. Necesito tu calor.

Como un niño asustado, espero en un rincón de mi cobijo 

a que regreses pronto. 

 

* * * 

Fernando Cravioto

26/10/2016

 


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