CAE LA TARDE

 

Cae la tarde en mi barrio...

en mi mundo...

Me despido con gratitud,

de la Luz.

Aún no sé con certeza,

si volverás mañana...

aunque lo deseo de todo corazón.

Esta vida es así,

tal como es...

Sólo el momento se vive 

y nada más...

y nada menos, pienso 

mientras te digo adiós.

Adiós, Luz, hasta mañana...

no te apures,

te llevo en mi interior.

 

* * *

Fernando Cravioto

25/06/2016

 


Comentarios: 7
  • #7

    JR Félix de la Rosa (martes, 22 noviembre 2016 21:45)

    Pues muchas gracias por tu aclaración, amigo Fernando. La verdad es que la poesía es preciosa. Tiene LUZ!!!

  • #6

    Fernando Cravioto (martes, 22 noviembre 2016 21:28)

    Me encanta tu "verborrea", José Ramón, Ja, ja, ja...
    Muchas gracias por tus entrañables comentarios que tanto me animan. Observo tu sutileza al notar que escribo "Luz" con mayúscula, querido amigo y compañero de Vida. Esa Luz, como bien distingues, aunque toma forma de la que emana de nuestro Sol, en verdad se refiere a algo más profundo: Es la Verdad. Podría decirse que es el Ser que mora en nuestro interior, que lo habita todo y es el motor del Universo. El Amor con mayúsculas. Eso sí, la falta de esa Luz (la noche), podría decirse que es la pérdida de contacto con el Verdadero Ser interior, con ese Dios que habita en nosotros. Las dudas, los miedos... el sentirse separado del Todo.

  • #5

    JR Félix de la Rosa (martes, 22 noviembre 2016 21:10)

    Como ya sabes, querido amigo Fernando, no hay ninguna poesía que pertenezca al poeta, sino al lector. Cada lector se hace dueño de la poesía y la interpreta según lo que él ve. Pues bien, yo aquí he visto dos interpretaciones (pueden haber muchas más, naturalmente). Primero has escrito Luz (en mayúscula). Una podría ser Dios, el Dios que nos ha dado la vida y todo lo que nos rodea. Otra podría ser el sol, Nuestro Sol, quien nos ilumina por el día haciendo posible una vida placentera y quien se esfuerza también cada día para dibujarnos una sonrisa. Yo, personalmente, ya sonrío tan sólo con ver el sol. Y aquí viene el dilema: Dios no nos abandona en la noche, como sí hace el sol. O sea, esa Luz, el Sol, sólo nos abandona momentáneamente durante el tiempo que deberíamos utilizar para renovar nuestras energías, por la noche, durante el sueño (esto no vale para los que trabajan de noche y descansan de día). Y también podría ser nuestra Luz interior, ese espíritu de vida que nos hace ver la vida con los ojos del amor. Sea lo que sea... la poesía es preciosa, y me encanta. Y perdonadme por mi verborrea, que hoy me he pasado. Un abrazo a todos!!!

  • #4

    Fernando Cravioto (martes, 22 noviembre 2016 20:01)

    Quedo agradecido a tus palabras, Charo. Es un placer compartir.

  • #3

    Charo manjon (martes, 22 noviembre 2016 18:25)


    Me ha parecido muy especial, sintiendo en mí lo que dices.
    Gracias Fernando.

  • #2

    Fernando Cravioto (lunes, 21 noviembre 2016 14:29)

    Así es, FerminaLópez. La Luz, que habita en nuestro interior, resuena en mí cuando la Luz exterior, la del S☼l, me baña y me alerta de quién soy. De igual manera, cuando se retira, temo, pobre de mí, perderme en las sombras para siempre. Gracias por compartir tu comentario.

  • #1

    FerminaLópez (lunes, 21 noviembre 2016 13:20)

    Tendremos que alimentarnos de esa luz que se queda dentro hasta que amanezca de nuevo, como a veces nos pasa en la vida en momentos negros, y que sólo la esperanza de que la luz vuelva nos ayuda a seguir el camino sin tropezar, sin caernos. Gracias por compartirlo