MI GATA ÁMBAR

 

Ella se busca su sitio

en un rincón apartado,

no quiere saber de nadie

ni aunque pasen a su lado.

Arisca y un poco huraña,

desagradecida, un tanto,

te mordisquea o te araña

cuando le acercas la mano.

Eso sí, cuando ella quiere,

te viene a buscar al baño

y se restriega contigo

en movimiento sesgado.

No es amiga de caricias,

ni de mimos, ni de halagos...

Nerviosa y desconfiada

se escabulle del contacto.

Yo la quiero, cómo no,

pero echo en falta su trato,

que se deje acariciar

si la tengo en mi regazo.

¡Qué guapa es la puñetera!

Qué ojos verdes tan salados...

mismamente, por tal cosa,

con ella estoy enfadado,

pues si me pilla a traición,

me araña y sale zumbando.

En resumen: guapa y mala...

eso es todo un desencanto. 

 

* * * 

Fernando Cravioto

13/02/2017

 


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