¡QUÉ RICA LA LECHECITA!

 

Ámbar, mi gatita guapa,

se toma su lechecita.

Cogiéndola con su pata

va directa a su boquita.

 

Hay que ver cómo le gusta

tomar leche condensada.

Y eso que la leche es dulce,

pero ella es muy salada.

 

No perdona el desayuno.

Cada mañana, temprano,

se me acerca haciendo mimos

y la pide de buen grado.

 

Yo no me puedo negar,

le echo una poca en su plato,

viene luego y pide más...

y así se pasa un buen rato.

 

Ya sé que no es buena cosa

darle tan dulce comida,

pero es arisca, la pobre.

Así se endulza la vida.

 

Arisca, a veces salada,

otras veces muy quejica...

No hay quien entienda a esta gata.

¡Qué rica la lechecita!

 

* * *

Fernando Cravioto

18/11/2017

 

 


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