SIN SABER POR QUÉ

 

No eres nada, sólo un poste.

Pero estás ahí parado, quieto.

Nadie te preguntó si querías estar ahí.

Pero te pusieron.

Alguien te creó y te colocó en este mundo...

Ahí, parado, quieto.

Con los brazos en alto, 

mirando al cielo.

Sujetando unos cables

que, maldita sea, te pesan.

 

Y estás, sin saber por qué.

Sin saber qué haces de pie,

parado, quieto...

sujetando unos cables sin saber para qué.

Y sin saber por qué,

te moja la lluvia,

te golpea el viento,

te hiela la noche,

y el calor te quema por dentro.

Y aunque nadie te lo dice,

tú transportas la energía con tu esfuerzo.

 

Y sin saber por qué,

pasa el tiempo.

Y la lluvia te moja por fuera,

y el calor te reseca por dentro.

 

* * *

Fernando Cravioto

05/12/2017

 

 


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