LAS BRAGUITAS OLVIDADAS
(Conclusión)
Desesperado he subido
esta mañana a buscarla.
Había soñado con ella,
con Rosita, la olvidada.
Resulta que abrí la puerta
de aquella azotea malvada
en donde ayer por la tarde,
en el tendal la dejara.
Pero cuál fue mi sorpresa,
cuando miré y ya no estaba.
¿Qué pasó, a dónde fue?,
le pregunté a aquella pinza
que, muda, no contestaba.
Angustiado y deprimido,
me bajé para mi casa.
Y cuando entré al dormitorio
con mi cabeza embotada,
me encontré con mi mujer
que descansaba en la cama.
¡No lo podía creer!
Allí estaba mi Rosita,
la braguita abandonada,
que abrazada a mi señora
el culito le tapaba.
Qué alegría me llevé
al ver que tenían morada,
que ya no estaban solitas
aunque fueran adoptadas.
Y aquí concluye la historia
de la braguita olvidada.
Y que resulta que era
de mi mujer despistada.
* * *
Fernando Cravioto
22/09/2017
Esta página web ha sido creada con Jimdo. ¡Regístrate ahora gratis en https://es.jimdo.com!