AYER, HOY, MAÑANA...

 

Ayer sembraste, con la luz de tu mirada,

la semilla de amor, en mi pecho desnudo,

la ilusión por la flor que se añora en silencio,

la esperanza de vida que respira este mundo.

 

Hoy germina esa luz pobladora de sueños,

triunfadora de sombras y penumbras inciertas,

sosteniendo en su fuerza la belleza del alma

que conforta y serena mis heridas abiertas.

 

Mañana ya te amo como nunca he amado,

con toda la ventura de esa luz compartida,

pues el auge de amor que sembraras antaño,

culminó en esta fuerza que conduce mi vida.

 

* * *

Fernando Cravioto

09/02/2016

 


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