MI CARTA A LOS REYES MAGOS

 

Este año no le he escrito

mi carta a los Reyes Magos.

Se me ha olvidado escribirles,

y no es porque esté enfadado.

 

Uno tras otro se pasan,

los años, sin darme cuenta.

Y apenas sin percibirlo, 

voy perdiendo la cabeza.

 

Pero ahora que lo pienso,

creo que les voy a escribir.

Aun conservo la ilusión

de que se acuerden de mí.

 

De pequeño les pedía

un scalextric gigante,

un balón de reglamento,

o un gran coche con pedales.

 

De lo que yo les pedí,

nunca me trajeron nada.

Mas, bendita la ilusión

que de mí se apoderaba,

desde que escribía la carta

hasta que el día seis llegaba.

 

Ése era mi regalo,

el gozo de aquella espera

con unas ganas de muerte

que me recorrían las venas,

esperando la llegada

de aquellos Magos de Oriente.

 

Me acostumbré, con el tiempo,

a ver la vida pasar.

La inocencia, la niñez,

el pavo, la pubertad...

 

Todo pasó cual suspiro. 

Y me olvidé de los Magos,

de la ilusión, de las cartas,

de la magia y los regalos.

 

Ahora me miro al espejo

y veo a alguien mayor

que casi no reconozco.

¿Esa persona soy yo?

 

En fin, termino la carta,

que si no, no me da tiempo.

A ver si en esta ocasión

aciertan con lo que quiero.

 

Mis queridos Reyes Magos:

No quiero joyas, ni coches,

ni perfumes, ni dinero,

ni regalos rimbombantes.

Ni siquiera fama quiero.

 

Sólo quiero recordar

quién puñetas soy yo.

Se me ha olvidado, ¡mecachis! 

Os lo pido, por favor.

Os lo pido ilusionado,

poniendo todo mi amor.

 

P.D.: Me gustaría saber 

quién leches es ese alemán 

que me esconde las cosas. 

Gracias.

 

* * *

Fernando Cravioto

05/01/2018

 

 


Comentarios: 0